Ciudad de México, 19 Oct (Cine Premiere).- Historias inspiradoras hay muchas, y de todo tipo. Sin embargo, pocas son las que realmente conectan con la audiencia o levantan expectativas tremendas. El caso de Radical es uno de estos últimos, y no sólo por basarse en una historia real. La cinta dirigida por Christopher Zalla aborda un tema complejo, el de los problemas con la educación en México. Además, cuenta con la participación del exitoso Eugenio Derbez en el rol de Sergio Juárez Correa, un profesor que hace hasta lo imposible para impulsar el potencial de sus alumnos, pero también el de Paloma, una niña con aspiraciones que van más allá de este mundo.
Por allá de 2013, la revista WIRED, enfocada en el mundo de la tecnología, sorprendió a México y otros países con una de sus portadas. En ella aparecía una niña con uniforme escolar y sosteniendo en su mano unos libros pertenecientes a la Secretaría de Educación Pública (SEP). Además, había una frase que marcó su vida: “La siguiente Steve Jobs”. Sin embargo, no se trataba de ninguna campaña, ni de alguna nueva reforma educativa. La niña de esa portada es Paloma Noyola, estudiante mexicana que, a los 12 años, obtuvo el primer lugar nacional en la prueba ENLACE.
Dicha prueba se aplicaba en las primarias de todo México y servía para medir el aprovechamiento académico de los estudiantes en materias como Español y Matemáticas, entre otras. Los resultados de Paloma fueron esperanzadores y por demás inspiradores. ¿La razón? Paloma estudiaba en la primaria José Urbina López, que se encontraba junto a un basurero en Matamoros, Tamaulipas.
Para llegar a ella, los alumnos tienen que caminar junto a un canal de aguas negras. El olor fétido de éste se cuela hasta los salones de clase, convirtiendo el sitio en un “lugar de castigo”. Pero ese no es el mayor de los problemas. Considerando el historial de violencia que se vive en la región, y la disputa de territorios entre grupos criminales, es común que los habitantes se encuentren con cuerpos en la calle. Todo producto de las balaceras.
Aunque la ubicación de una escuela no necesariamente está relacionada con el nivel de conocimiento de sus alumnos, los de José López Urbina tenían un mal aprovechamiento. Un año antes, la escuela había obtenido calificaciones ínfimas en la misma prueba. ¿Cómo fue que, en un año, la situación de dicha escuela, Paloma y sus compañeros cambió de forma radical?
Ser profesor no es una tarea sencilla. Menos cuando se tiene la gran responsabilidad de sacar adelante a un grupo con cierta reputación en cuanto a conocimientos se refiere. Ese fue el caso de Sergio Juárez Correa, profesor que llegó a la escuela José López Urbina con el claro objetivo de mejorar el nivel educativo de los que serían sus alumnos.
La forma de lograrlo no era precisamente tradicional. Juárez Correa ya llevaba algunos años dedicándose a la docencia, pero lo hacía de la forma tradicional. Daba clases como prácticamente todos los profesores y seguía los planes de estudios desarrollados por la SEP, en conjunto con el Gobierno federal. Todo cambió cuando, aburrido de la forma en que se manejaba de la docencia, decidió investigar nuevas estrategias didácticas que le permitieran enfrentar el aprendizaje de otra manera.
Así se encontró con un video acerca del trabajo de Sugata Mitra, profesor de tecnología educacional que dio clases a finales de los años 90 y principios de los 2000 bajo una nueva estrategia. Ésta consistió en dar acceso a computadoras a niños en la India. Sin una dirección o instrucciones específicas, los niños desarrollaron una gran cantidad de aprendizajes. Descubrieron, en cierto modo, lo que ellos querían.
Para Sergio, esa dinámica de clase resultó todo un acontecimiento. Pronto entendió que quitarle rigidez (más no importancia) a la forma de aprender podría ser benéfico para sus alumnos. Diversos estudios señalados en el artículo de WIRED dedicado a Paloma indican que, aun cuando muchos alumnos se gradúan de primaria, secundaria o preparatoria, muchos de ellos no se sienten preparados realmente. Ante tal situación, diversos estudiosos han pensado en cambios importantes para mejorar el aprovechamiento académico de los estudiantes de todo el mundo.
En casi cualquier salón de clases, el uso de libros de texto se considera indispensable. Sin embargo, para Sergio Juárez Correa no fueron necesarios. La mejor herramienta fue la intuición de los alumnos, y las ganas de aprender. Usando las capacidades de algunos estudiantes como ejemplo, Sergio le contó a Paloma y sus compañeros que el “potencial” era lo más importante, lo que los podía acercar a los logros de los demás. Lo que los podía convertir en “los mejores estudiantes del mundo”.
A través de debates entre los alumnos, ejemplificación de casos prácticos y hasta juegos, Sergio descubrió que en Paloma había algo escondido. De vez en cuando, ella ya tenía las respuestas a las interrogantes del profesor a sólo segundos de haber sido mencionadas. Sin embargo, no las compartía, las guardaba para sí misma. Tenía miedo a que la vieran como un «bicho raro». Los niños de ese grado, quienes no tenían tanta habilidad para la materia como Paloma, aprendieron las matemáticas por medio de pláticas, debates y análisis; la materia tenía que hacer sentido, no sólo era aprenderlas por aprenderlas.
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La capacidad de Paloma maravilló a Sergio a lo largo de los meses. Pero también quedó impresionado cuando notó un cambio en la forma en que pensaban sus alumnos. Un día se acercó a Paloma y le preguntó por qué nunca había manifestado su interés en las matemáticas. Su respuesta fue contundente: “Porque nadie nunca lo había hecho tan interesante”.
A pesar de que su padre falleció en febrero de 2012, en medio del ciclo escolar, Paloma no dejó de lado los estudios. Su progenitor le había pedido que lo hiciera sentir orgullos por medio del estudio, y su meta fue cada vez más grande. El cambio en todos había dado resultados.
¿Funcionó el nuevo método educativo de Paloma? Por supuesto. La prueba ENLACE se llevó a cabo en junio de 2012, y los resultados llegaron a la institución sólo tres meses después, en septiembre. Los demás grupos habían mejorado en cierta medida, pero nada como el grupo de Paloma. En la edición previa del examen, 45% de los estudiantes había reprobado matemáticas y el 31% español. Ese año, sólo el 7% no aprobó matemáticas y el 3.5% no pasó español. La calificación “Excelente” no era más que sólo una ilusión, pero ahora el 63% de los estudiantes la había conseguido.
Lo más sorprendente era que Paloma Noyola había obtenido la mejor puntuación de Matemáticas en todo el país. Sí, en todo el país. Por otro lado, algunos de sus compañeros también ingresaron en el top 10 de Español. Paloma viajó a la Ciudad de México para ser entrevistada. Recibió una computadora portátil y una bicicleta. Dadas las condiciones de algunos de sus compañeros, los regalos por su aprovechamiento se materializaron en tacos de bistec, diez pesos, o incluso una bolsa de frituras. Pero ellos estaban inmensamente felices. Nada podía quitarles la felicidad de demostrar ese potencial del que tanto les habló el profesor Sergio.
“Estos exámenes son como límites para los maestros. Prueban lo que sabes, no lo que puedes hacer, y yo estoy más interesado en lo que mis alumnos pueden hacer”, señaló Juárez Correa para WIRED.
Aunque hubo algunos tropiezos en el camino (como un concurso de cálculo mental que reprobó y por el que recibió numerosas críticas), la vida de Paloma cambió para siempre. Ser brillante en Matemáticas le consiguió una beca de la Fundación Angélica Fuentes para continuar sus estudios hasta el nivel superior.
En la película, Paloma manifiesta sus deseos de convertirse en “ingeniera espacial”. Sin embargo, con el paso de los años, como suele ocurrir con la mayoría de las personas, sus intereses académicos fueron cambiando. Al momento de escribir esta nota, Paloma se encuentra preparándose para ser una gran abogada. Sigue firme en su meta de explotar todo el conocimiento en su interior.
En cuanto al profesor Sergio Juárez Correa, éste sigue dando clases en la primaria José Urbina López. Su intención es que, año con año, más y más niños puedan alcanzar su potencial. Que, año con año, más y más niños puedan cambiar su vida de una forma radical.
Radical llega este 19 de octubre a los cines de México